sábado

La revolución Industrial



En gran Bretaña, entre 1760 y 1780, existieron una serie de acontecimientos, los cuales tienen sus inicios en siglo anterior, y que desembocaron en lo que llamamos Revolución Industrial. El cual luego se propagó por Europa, tuvo como características sus avances técnicos y científicos que tuvieron un enorme impacto en la estructura productiva y en la organización social de la época.

A fines del siglo XVII, la producción agrícola se incrementó considerablemente, gracias a las mejoras técnicas. Surgió la propiedad privada y un incipiente capitalismo –las ganancias les permitieron ahorrar o acumular capital, para invertir– que favoreció solo a un grupo minoritario de la población. Al servicio de los anteriores, surgieron los obreros asalariados.

El progreso económico, que trajo consigo mejoras sanitarias, avances médicos, un aumento en la oferta de trabajo, un descenso en la edad matrimonial –que permitía tener más hijos– y una mejor nutrición, que disminuyó el índice de mortalidad infantil, provocó una explosión demográfica. Desde la primera mitad del siglo XVIII al 1800, los británicos pasaron de ser 5,5 millones de habitantes a doce millones.

Como una reacción en cadena, durante la segunda mitad del siglo XVIII el crecimiento acelerado de la población ocasionó un aumento del consumo, que hizo necesario el desarrollo de la técnica para generar una producción masiva de bienes.